jueves, mayo 26, 2022

COMO PROTEGERSE DE LA INFLACION

 Por;  Javier Ríos Gómez (*)

El aumento generalizado y persistente de los precios de los bienes y servicios de la canasta familiar, en un periodo determinado, es la llamada carestía o costo de la vida. 

Con la variación porcentual o absoluta de los precios en forma mensual, corrida del año o anualizada, se obtiene un número índice que se denomina, el IPC- con el cual se calcula la variable macroeconómica INFLACION, denominada así porque en la práctica, los precios se inflan.

La tasa de interés es el precio del dinero, que se fija a través de la ley de oferta y demanda en el mercado del dinero. Lo anterior resuelve la pregunta sobre quien fija la tasa de interés en Colombia.

La libertad de precios y la libre competencia, son principios básicos de la economía de mercado, donde no hay control de precios a los bienes y servicios y tampoco a las tasas de interés.

En un escenario de libertad de precios, los agentes que producen, fijan precios de venta a sus productos o servicios, calculando costos y rentabilidad esperada.

En una economía inflacionaria, camino a la hiperinflación como la nuestra, para determinar la tasa de interés de captación y colocación en la intermediación y desintermediación financiera, se debe tener en cuenta la inflación. 

Eso quiere decir, que el ahorrador o inversionista debe recibir como mínimo por sus recursos ahorrados o invertidos, la inflación.  Toda tasa de interés que este por debajo de la inflación, es negativa, inaceptable.

El dinero en cuentas corrientes bancarias no tiene rentabilidad, pero si tiene costos, por eso es un producto de los Bancos en vía de extinción.

En las cuentas de ahorro, los establecimientos de crédito pagan tasas de interés negativas, más bajas que la inflación.  En periodos de alta inflación, los ahorradores son perdedores.

 

El Sector financiero fundamenta el pago mínimo de tasas, en que el ahorro no es inversión y el que ahorra no busca rentabilidad, sino liquidez y seguridad.  El anterior argumento tendría validez, si no fuera porque a través de esta estrategia financiera, el sector financiero, más que cualquiera otro sector de la economía, obtiene periódicamente grandes volúmenes de utilidades, a costa del bolsillo de todos colombianos.

 

 

Los productos de renta fija, como los CDT, fiducuentas u otros rentan muy poco, a pesar que la DTF (EA) está en 6,86%, la inflación hasta abril de 2022 alcanzo el 9,23%.

Si se mantiene el dinero en ese tipo de productos, este podría estar perdiendo poder adquisitivo, año tras año.

La bolsa de valores, que hace parte  de la desintermediación financiera, su rentabilidad es incierta, depende que lo comprado a precios bajos, se cotice en el mercado de la especulación a precios altos, es decir, este mercado se mueve en escenarios inciertos, que es lo que predomina, por el miedo, la angustia y los posibles cambios en los gobiernos y las costumbres en los países.

 

Ante el riesgo, por la incertidumbre, los analistas recomiendan prudencia y objetividad en las inversiones, no mantener dinero en efectivo, tampoco en ahorros, analizar la rentabilidad que ofrece el sistema financiero para los CDT y en lo posible comprar bienes raíces, inversión inmobiliaria.

 

Los inmuebles suben de precio cuando aumenta la inflación y los arriendos se ajustan con el comportamiento de este indicador. Por eso, la finca raíz ha sido históricamente un buen refugio en épocas de crisis económicas.

 

La crisis actual, no sólo es en Colombia, es en el mundo.

 

La ley es injusta y permisiva, porque el legislador siempre ha sido laxo con el sector financiero y duro con el ahorrador.

Hacen falta más estímulos financieros para el ahorro en pesos, porque tal como funciona y está diseñado el sistema, solo está orientado al beneficio directo del sistema que lo administra.

 

 

 

 (*)  Especialista en Administración Financiera

      Especialista en Alta Gerencia