viernes, noviembre 18, 2022

LEY DEL EMBUDO EN EL SECTOR FINANCIERO COLOMBIANO

Por   :   Javier Ríos Gómez

A propósito de la reciente columna del Doctor Juan Guillermo Angel, “Con cara gano yo …”, publicada en el Periódico El Opinadero sobre las abultadas ganancias de los intermediarios financieros en medio de la crisis económica, me propongo hacer una pequeña y sencilla explicación del porqué ocurre esto.

Con la administración de los fondos de inversión, los intermediarios financieros no pierden, ellos manifiestan estar haciendo el mayor y mejor esfuerzo por conseguir los mejores rendimientos para sus clientes inversionistas.  Cuando llegan los resultados y hay ganancias dicen GANAMOS, cuando ocurre lo contrario, PERDISTE.  

El ejercicio de la actividad de intermediación financiera, fundamentalmente de los establecimientos de crédito, consiste en captar recursos del publico baratos a través de cuentas corrientes, ahorros, cdat y cdt) para prestarlos a un precio superior (tasa de interés). 

Nadie está en contra a que por esta labor, los intermediarios ganen, por ser la razón de su existencia, pero ocurre que en Colombia el margen de intermediación está por encima de los estándares internacionales.

El margen de intermediación financiera representa la diferencia entre los flujos obtenidos por la colocación de los recursos (prestamos) y el costo de captación de los mismos. Es un indicador que mide la diferencia entre los ingresos y costos financieros, se calcula para un horizonte de tiempo dado y es aplicable no solo a bancos privados, sino también a empresas u organizaciones que cuentan con productos financieros y que obtienen recursos de terceros.

Las tasas de interés de colocación son aquellas que aplican a los diferentes tipos de créditos y productos que otorgan las diferentes entidades financieras a sus clientes, créditos de vivienda,  consumo, comerciales, microcrédito, tarjetas de crédito, sobregiros, créditos especiales.

Las tasas de captación son las tasas de interés que las instituciones financieras reconocen a los depositantes por la captación de sus recursos y se conocen también como tasas de interés pasivas, porque constituyen una deuda de la entidad financiera con terceros.

Las  tasas  de  interés  constituyen uno  de  los  determinantes  de  la actividad  económica  a  corto plazo.  Un  incremento  de  la  tasa de interés real, por ejemplo, puede  afectar  negativamente  la actividad  económica  a  través  de un  debilitamiento  de  la  demanda final como resultado de un desestimulo al consumo y la inversión.

La tasa de interés para colocación máxima permitida (techo limite tasa de usura) a  la fecha según la Superintendencia financiera es del 38,67% y es a esa tasa que los titulares de tarjetas de crédito están pagando sus transacciones, el sistema se pega a ese techo, para su beneficio y en detrimento de los usuarios.

El interés bancario corriente (El piso) para créditos de consumo y ordinarios para este mes fue calculado por la Superfinanciera en  el 25,78%.

El Banco de la República calcula y publica tasas de interés de captación de certificados de depósito a término (CDT’s) a diferentes plazos, como el promedio ponderado de las diferentes tasas de interés promedio de captación, es decir, a la que están pagando los CDT, se asimila a la tasa DTF que a la fecha está en el  12,71%. 

Si calculamos un aproximado del margen, con las tasas del límite inferior y superior y la DTF, tendríamos un margen bruto para el sistema financiero del 13,07 % y 25,96 % respectivamente, un promedio del 20 %, una rentabilidad bruta nada despreciable.

La Superintendencia Financiera de Colombia dio a conocer que, en los últimos 12 meses y a julio de 2022, las utilidades del sistema financiero colombiano escalaron hasta los $29,9 billones. 

El negocio de la intermediación financiera, es muy lucrativo porque a pesar de los números negativos de otros sectores, aquí las utilidades van siempre en aumento y es que a pesar que las tasas de interés para los créditos están por las nubes, las personas naturales y jurídicas se siguen endeudando, como dice mi vecino de la tienda, por física necesidad. 

Los mayores costos de la captación de los recursos, el sistema se los traslada al consumidor final del dinero, al usuario del común y corriente.

Los establecimientos de crédito no pierden. 

Por eso la estrategia de elevar las tasas de interés desde el Banco de la Republica para controlar la inflación, solo desfavorecen a quienes por necesidad y a cualquier costo se deben endeudar para sobrevivir en medio de la  crisis económica. 

En el pasado todos los ciudadanos hemos acudido al rescate del sistema financiero cuando han estado al borde de la quiebra, pero cuando se han recuperado y obtienen grandes utilidades, los usuarios no ven ningún alivio, por el contrario el sistema los somete con su posición dominante.

Es la aplicación de la típica “Ley del embudo”, lo ancho para ellos y lo estrecho para uno.