Por : Javier Ríos Gómez
A propósito de la reciente columna del Doctor Juan Guillermo Angel, “Con cara gano yo …”, publicada en el Periódico El Opinadero sobre las abultadas ganancias de los intermediarios financieros en medio de la crisis económica, me propongo hacer una pequeña y sencilla explicación del porqué ocurre esto.
Con la administración de los
fondos de inversión, los intermediarios financieros no pierden, ellos
manifiestan estar haciendo el mayor y mejor esfuerzo por conseguir los mejores
rendimientos para sus clientes inversionistas. Cuando llegan los resultados y hay ganancias dicen
GANAMOS, cuando ocurre lo contrario, PERDISTE.
El ejercicio de la actividad
de intermediación financiera, fundamentalmente de los establecimientos de
crédito, consiste en captar recursos del publico baratos a través de cuentas
corrientes, ahorros, cdat y cdt) para prestarlos a un precio superior (tasa de interés).
Nadie está en contra a que
por esta labor, los intermediarios ganen, por ser la razón de su existencia,
pero ocurre que en Colombia el margen de intermediación está por encima de los
estándares internacionales.
El margen de intermediación financiera representa la
diferencia entre los flujos obtenidos por la colocación de los recursos
(prestamos) y el costo de captación de los mismos. Es un indicador que mide la diferencia entre los ingresos y costos
financieros, se calcula para un horizonte de tiempo dado y es aplicable no solo
a bancos privados, sino también a empresas u organizaciones que cuentan con
productos financieros y que obtienen recursos de terceros.
Las
tasas de interés de colocación son aquellas que aplican a los diferentes tipos
de créditos y productos que otorgan las diferentes entidades financieras a sus
clientes, créditos de vivienda, consumo,
comerciales, microcrédito, tarjetas de crédito, sobregiros, créditos
especiales.
Las tasas de captación son las tasas de interés que las instituciones financieras reconocen a los depositantes por la captación de sus recursos y se conocen también como tasas de interés pasivas, porque constituyen una deuda de la entidad financiera con terceros.
Las tasas
de interés constituyen uno de
los determinantes de la actividad económica
a corto plazo. Un
incremento de la
tasa de interés real, por ejemplo, puede
afectar negativamente la actividad
económica a través
de un debilitamiento de
la demanda final como resultado
de un desestimulo al consumo y la inversión.
La tasa
de interés para colocación máxima permitida (techo limite tasa de usura) a la fecha según la Superintendencia financiera
es del 38,67% y es a esa tasa que los titulares de tarjetas de crédito están
pagando sus transacciones, el sistema se pega a ese techo, para su beneficio y
en detrimento de los usuarios.
El
interés bancario corriente (El piso) para créditos de consumo y ordinarios para
este mes fue calculado por la Superfinanciera en el 25,78%.
El
Banco de la República calcula y publica tasas de interés de captación de
certificados de depósito a término (CDT’s) a diferentes plazos, como el
promedio ponderado de las diferentes tasas de interés promedio de captación, es
decir, a la que están pagando los CDT, se asimila a la tasa DTF que a la fecha
está en el 12,71%.
Si
calculamos un aproximado del margen, con las tasas del límite inferior y
superior y la DTF, tendríamos un margen bruto para el sistema financiero del 13,07
% y 25,96 % respectivamente, un promedio del 20 %, una rentabilidad bruta nada
despreciable.
La Superintendencia
Financiera de Colombia dio a conocer que, en los últimos 12 meses y a julio de
2022, las utilidades del sistema financiero colombiano escalaron hasta
los $29,9 billones.
El negocio de la
intermediación financiera, es muy lucrativo porque a pesar de los números
negativos de otros sectores, aquí las utilidades van siempre en aumento y es
que a pesar que las tasas de interés para los créditos están por las nubes, las
personas naturales y jurídicas se siguen endeudando, como dice mi vecino de la
tienda, por física necesidad.
Los mayores costos de la
captación de los recursos, el sistema se los traslada al consumidor final del
dinero, al usuario del común y corriente.
Los establecimientos de
crédito no pierden.
Por eso la estrategia de
elevar las tasas de interés desde el Banco de la Republica para controlar la
inflación, solo desfavorecen a quienes por necesidad y a cualquier costo se
deben endeudar para sobrevivir en medio de la
crisis económica.
En el pasado todos los
ciudadanos hemos acudido al rescate del sistema financiero cuando han estado al
borde de la quiebra, pero cuando se han recuperado y obtienen grandes
utilidades, los usuarios no ven ningún alivio, por el contrario el sistema los
somete con su posición dominante.
Es la aplicación de la
típica “Ley del embudo”, lo ancho para ellos y lo estrecho para uno.