Por; Javier Ríos Gómez (*)
El aumento generalizado y persistente de los
precios de los bienes y servicios en un periodo determinado, es la inflación,
también llamada carestía o elevación del nivel de precios.
En una economía
inflacionaria como la nuestra, para calcular la tasa de interés, hay que tener
en cuenta la inflación.
El ahorrador colombiano
en pesos, lo mínimo que debería esperar recibir como retorno, es una tasa de
interés real. Por lo anterior, es importante distinguir entre tasa de interés nominal
y tasa de interés real, porque esto afecta directamente el bolsillo del común
de la gente. La tasa de interés real, es la nominal descontando la inflación.
Si la tasa de interés nominal es del 7% y la
inflación del 5,0%, la tasa de interés real será del 2%, pero si la tasa de
interés nominal, por ejemplo es 4,0% y el 5% la inflación, entonces la tasa de
interés real será negativa en el 1%.
Las tasas de interés
de captación, son las que las instituciones financieras pagan
entre otras sobre los Depósitos en cuentas de ahorros a la vista y en pesos
colombianos.
El artículo 3° de la ley 1793 del 7 de julio
de 2016, sobre costos financieros, determinó que las entidades autorizadas para
captar recursos del público en forma de ahorro, deben reconocer a los usuarios,
una tasa
de interés remuneratoria mínima para cualquier nivel de depósito,
desafortunadamente esta ley no considero los efectos que tiene la inflación en
las tasas de interés, no obstante que
según el autor de la ley, las medidas contenidas en ella, se hicieron
para “defender el bolsillo de los
colombianos, y generar equilibrio entre los usuarios y el sistema financiero y
bancario del país”
Bajo el pretexto,
que “la tasa de interés remuneratoria, debe ser mínima”, ningún establecimiento
de crédito en Colombia paga, ni lo hará, tasas de interés remuneratorias sobre
ahorros en pesos, iguales o superiores a la inflación, luego sobre estos
depósitos el interés real, es NEGATIVO.
El Sector financiero también fundamenta el pago
mínimo de tasas, en que el ahorro no es inversión y el que ahorra no busca
rentabilidad, sino liquidez y seguridad.
El anterior argumento tendría validez, si no fuera porque a través de
esta estrategia financiera, el sector financiero, más que cualquiera otro
sector de la economía, obtiene periódicamente grandes volúmenes de utilidades,
a costa del bolsillo de todos colombianos.
Será que su dinero
está en el depósito equivocado?
La ley ha sido
injusta y permisiva, porque el legislador fue laxo con el sector financiero y
duro con el ahorrador?
Hacen falta más
estímulos financieros para el ahorrador en pesos, porque tal como funciona y
está diseñado el sistema, solo está orientado al beneficio directo del sistema
que lo administra.
“En el Sector financiero colombiano, las
pérdidas del sistema financiero se
socializan y las utilidades se privatizan”.
(*) Especialista en Administración Financiera
Especialista en Alta Gerencia