Tomado de ANALDEX
“Durante los últimos cuatro años, las exportaciones colombianas
sufrieron un severo choque, dada la caída en el precio de varias materias
primas relacionadas con las ventas del país, específicamente petróleo y carbón.
No obstante, la estrategia del gobierno nacional se enfocó en diversificar
exportaciones de bienes y servicios y que estas alcanzaran para el año 2018 USD
30.000 millones, de los cuales USD 21.000 millones correspondían a bienes y los
restantes USD 9.000 millones correspondían a servicios.
En primer lugar, al revisar la meta de exportaciones de servicios, la
meta se cumplió satisfactoriamente, al alcanzar USD 9.457 millones del sector.
Si bien servicios empresariales y de transporte tuvieron una dinámica
importante, sin duda el repunte del turismo el protagonista para alcanzar esta
cifra.
Sin embargo, al revisar la cifra de ventas externas de bienes no
minero-energéticos, el resultado fue desalentador. Partiendo de una línea de
base relativamente baja por el descenso sostenido que habían tenido las
exportaciones hacia territorio venezolano, el resultado se redujo aún más en el
cuatrienio. Menores ventas a Ecuador, la reducción aún mayor de las ventas a
Venezuela, y en general, el mal comportamiento económico de los principales
socios comerciales del país que jalonó su demanda a la baja, fueron algunos de
los factores que pudieron influir en este comportamiento.
La política comercial de la anterior administración tuvo varias líneas
de acción, entre las que se destacaron:
·
La apertura de nuevos mercados a través de la firma y puesta en vigor de
varios acuerdos de libre comercio, entre los que se destacan la Alianza del
Pacífico, Corea, Costa Rica, Estados Unidos, Unión Europea, EFTA y Canadá.
·
Facilitación del comercio, buscando intervenir trámites y normas en
varias entidades como la DIAN, ICA, INVIMA, Policía Antinarcóticos, entre otras
que intervienen en la cadena de comercio exterior.
·
Adecuación de la oferta exportable, para lo cual se expidió el CONPES
3866 que estableció la Política de Desarrollo Productivo.
Si bien estas líneas han sido importantes para el desarrollo de la
actividad exportable de Colombia, las cifras no han evolucionado. Ahora, con la
administración de Iván Duque se tiene una nueva política comercial que, si bien
no riñe con la anterior línea, tiene algunas diferencias. Su meta, de acuerdo
con el Plan Nacional de Desarrollo, es menos ambiciosa que en la anterior
administración, y espera alcanzar ventas no minero-energéticas por valor de USD
26.084 millones.
Por una parte, el actual gobierno continuará con la línea de
facilitación del comercio. Una de las grandes preocupaciones de los empresarios
del país se encuentra en los costos y tiempos para exportar o importar bienes,
los cuales son comparativamente más altos que los países de la región y los
miembros de la OCDE. En ese sentido, el gobierno se encuentra ejecutando
estrategias como Colombia Ágil y las mesas de facilitación del comercio, las
cuales se están ocupando de resolver cuellos de botella y agilizar trámites
relacionados con el comercio exterior. Si bien se pueden resolver algunos
inconvenientes con esta estrategia, es fundamental que se avance con la
implementación de la nueva regulación aduanera. A tres años de expedido el
Decreto 390 de 2016, los beneficios que buscaban tenerse con esta
transformación normativa, siguen sin resolverse, pues la administración
aduanera no ha podido implementar un servicio informático electrónico confiable
y un sistema de gestión de riesgos eficiente.
Por otro lado, se advierte un cambio sustancial en la línea referente a
acuerdos comerciales. En primera instancia, el gobierno nacional ha manifestado
que no se negociarán nuevos acuerdos comerciales y se tendrá un plan para el
aprovechamiento de los que actualmente se tienen. Si bien es importante la
necesidad de aprovechar los acuerdos comerciales que tiene el país, los cuales
deben ser el pilar del crecimiento de las ventas no minero-energéticas y para
lo cual debe trabajarse en líneas como la admisibilidad de productos a estos
destinos y la adecuación de la oferta exportable, cerrar la línea de
negociación a nuevos acuerdos puede llegar a ser contraproducente en línea con
la política exterior del país.
En la actualidad, Colombia tiene negociaciones abiertas con Nueva
Zelandia, Canadá, Singapur y Australia, en el marco de sus candidaturas a ser
estados asociados de la Alianza del Pacífico. De igual forma, se tienen
negociaciones con Japón y Turquía, aunque detenidas. Al mismo tiempo, el Brexit
ha abierto la posibilidad de tener un acuerdo comercial con Reino Unido,
teniendo en cuenta que no continuarán en el espacio aduanero de la Unión
Europea. Todo esto sin contar candidaturas a estados asociados en la Alianza
del Pacífico de Corea y Ecuador, o que puedan abrirse puertas en nuevas
negociaciones como con los países del CARICOM o con República Dominicana.
Cerrar la puerta a la suscripción de nuevos acuerdos comerciales es una
decisión peligrosa para continuar con la estrategia de diversificación de
mercados y destinos del país.
Para finalizar, la política comercial del gobierno descansa sobre la
base de que el comercio ilegal en el país debe atacarse decididamente. Para
ello es necesario que se combata adecuadamente el contrabando, con inteligencia
y un sistema de gestión de riesgos eficiente. En el Plan Nacional de Desarrollo
deben adoptarse las líneas necesarias que reduzcan la rentabilidad para el
contrabando en sectores sensibles como el de textiles y confecciones”.
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