lunes, julio 29, 2019

LA POLÍTICA COMERCIAL DE COLOMBIA, PARA EL CUATRIENIO 2018-2022


Tomado de ANALDEX
“Durante los últimos cuatro años, las exportaciones colombianas sufrieron un severo choque, dada la caída en el precio de varias materias primas relacionadas con las ventas del país, específicamente petróleo y carbón. No obstante, la estrategia del gobierno nacional se enfocó en diversificar exportaciones de bienes y servicios y que estas alcanzaran para el año 2018 USD 30.000 millones, de los cuales USD 21.000 millones correspondían a bienes y los restantes USD 9.000 millones correspondían a servicios.
En primer lugar, al revisar la meta de exportaciones de servicios, la meta se cumplió satisfactoriamente, al alcanzar USD 9.457 millones del sector. Si bien servicios empresariales y de transporte tuvieron una dinámica importante, sin duda el repunte del turismo el protagonista para alcanzar esta cifra.
Sin embargo, al revisar la cifra de ventas externas de bienes no minero-energéticos, el resultado fue desalentador. Partiendo de una línea de base relativamente baja por el descenso sostenido que habían tenido las exportaciones hacia territorio venezolano, el resultado se redujo aún más en el cuatrienio. Menores ventas a Ecuador, la reducción aún mayor de las ventas a Venezuela, y en general, el mal comportamiento económico de los principales socios comerciales del país que jalonó su demanda a la baja, fueron algunos de los factores que pudieron influir en este comportamiento.
La política comercial de la anterior administración tuvo varias líneas de acción, entre las que se destacaron:
·         La apertura de nuevos mercados a través de la firma y puesta en vigor de varios acuerdos de libre comercio, entre los que se destacan la Alianza del Pacífico, Corea, Costa Rica, Estados Unidos, Unión Europea, EFTA y Canadá.
·         Facilitación del comercio, buscando intervenir trámites y normas en varias entidades como la DIAN, ICA, INVIMA, Policía Antinarcóticos, entre otras que intervienen en la cadena de comercio exterior.
·         Adecuación de la oferta exportable, para lo cual se expidió el CONPES 3866 que estableció la Política de Desarrollo Productivo.

Si bien estas líneas han sido importantes para el desarrollo de la actividad exportable de Colombia, las cifras no han evolucionado. Ahora, con la administración de Iván Duque se tiene una nueva política comercial que, si bien no riñe con la anterior línea, tiene algunas diferencias. Su meta, de acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo, es menos ambiciosa que en la anterior administración, y espera alcanzar ventas no minero-energéticas por valor de USD 26.084 millones.
Por una parte, el actual gobierno continuará con la línea de facilitación del comercio. Una de las grandes preocupaciones de los empresarios del país se encuentra en los costos y tiempos para exportar o importar bienes, los cuales son comparativamente más altos que los países de la región y los miembros de la OCDE. En ese sentido, el gobierno se encuentra ejecutando estrategias como Colombia Ágil y las mesas de facilitación del comercio, las cuales se están ocupando de resolver cuellos de botella y agilizar trámites relacionados con el comercio exterior. Si bien se pueden resolver algunos inconvenientes con esta estrategia, es fundamental que se avance con la implementación de la nueva regulación aduanera. A tres años de expedido el Decreto 390 de 2016, los beneficios que buscaban tenerse con esta transformación normativa, siguen sin resolverse, pues la administración aduanera no ha podido implementar un servicio informático electrónico confiable y un sistema de gestión de riesgos eficiente.
Por otro lado, se advierte un cambio sustancial en la línea referente a acuerdos comerciales. En primera instancia, el gobierno nacional ha manifestado que no se negociarán nuevos acuerdos comerciales y se tendrá un plan para el aprovechamiento de los que actualmente se tienen. Si bien es importante la necesidad de aprovechar los acuerdos comerciales que tiene el país, los cuales deben ser el pilar del crecimiento de las ventas no minero-energéticas y para lo cual debe trabajarse en líneas como la admisibilidad de productos a estos destinos y la adecuación de la oferta exportable, cerrar la línea de negociación a nuevos acuerdos puede llegar a ser contraproducente en línea con la política exterior del país.
En la actualidad, Colombia tiene negociaciones abiertas con Nueva Zelandia, Canadá, Singapur y Australia, en el marco de sus candidaturas a ser estados asociados de la Alianza del Pacífico. De igual forma, se tienen negociaciones con Japón y Turquía, aunque detenidas. Al mismo tiempo, el Brexit ha abierto la posibilidad de tener un acuerdo comercial con Reino Unido, teniendo en cuenta que no continuarán en el espacio aduanero de la Unión Europea. Todo esto sin contar candidaturas a estados asociados en la Alianza del Pacífico de Corea y Ecuador, o que puedan abrirse puertas en nuevas negociaciones como con los países del CARICOM o con República Dominicana. Cerrar la puerta a la suscripción de nuevos acuerdos comerciales es una decisión peligrosa para continuar con la estrategia de diversificación de mercados y destinos del país.
Para finalizar, la política comercial del gobierno descansa sobre la base de que el comercio ilegal en el país debe atacarse decididamente. Para ello es necesario que se combata adecuadamente el contrabando, con inteligencia y un sistema de gestión de riesgos eficiente. En el Plan Nacional de Desarrollo deben adoptarse las líneas necesarias que reduzcan la rentabilidad para el contrabando en sectores sensibles como el de textiles y confecciones”.
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